Llega una fase en la vida, al menos una vez en la vida, cuando uno encuentra a sà misma totalmente solo ... tan completamente solo que hay que encerrarse en uno mismo interno. No hay otra opción que soportar ese amargo sufrimiento. Cuando se supera esa abrumadora soledad, uno ya no está sola. A través de esta soledad y la búsqueda del alma, nos encontramos con que nuestro yo más Ãntimo es la chispa divina de la vida, el espÃritu indivisible que viene del poder supremo - dios. Y después de ese momento de la autorrealización, el despertar del mundo material, nos encontramos en medio del caos de este mundo, y sin embargo totalmente perturbado por su multiplicidad, totalmente en sincronÃa y aceptar el mundo como es - porque nuestra alma más interna nos conocemos a nosotros mismos para ser uno con todos los seres.
Deodatta V. Shenai-Khatkhate